jueves, 16 de diciembre de 2010

EL PRINCIPIO DEL FIN O EL FIN DEL PRINCIPIO

Acercándose el fin de año, me dió por plantearme mi existencia y hacer una retrospectiva mental de mi vida, de cómo he llegado a ser como soy y llegué a una sorprendente conclusión. Toda la imaginación que atesoro, todo este torrente de desvaríos que invaden mi sesera tienen una causa bien definida. Igual la genétia tiene algo que ver, o el aprendizaje o yo que sé, pero el hecho al que me refiero que marcó un punto y aparte en mi vida, fué cuando contaba con 7-8 años, un día de reyes. Con la emoción característica de esas edades, redacté mi carta pidiendo EL CASTILLO O LA GRANJA DE PLAYMOBIL (no estoy muy seguro) que eran constantemente anunciados en la tele, y se me caía la babita de sólo pensar en poseerlos. Ilusionado me levanté de la cama a ver los regalos que me habían traido los magos de oriente. No cupe en mi de perplegidad al abrir un paquete enorme y descubrir:

¡¡¡LA GASOLINERA DE PLAYMOBIL!!! (Era Famobil en aquellos tiempos)



Recuerdo a mi padre, mi hermano y mi tio colocando las 1000 pegatinitas que tenía y yo en un rincón esperando, porque no me dejaban ayudarles (y menos mal, porque vete a saber como hubiera colocado las jodidas pegatinas).




Y una vez tuneada la gasolinera... ¿a qué mierdas juego con una gasolinera? No es algo que de mucho juego. Ni siquiera tenía coches para que fueran a repostar, así que tube que crear mi propias movidillas mentales y jugar con las bicis y los caballos a atracos, peleas y batallas a la gasolinera. La verdad que pasé bien de horas jugando con ella, pero no dándole el uso lógico, creo que hubiera jugado de igual manera con la cocinita de la Señorita Pepis.

Así y a raiz de este hecho creo que se ha ido desarrollando mi febril imaginación. Que cosas tiene la vida, ¿no? A día de hoy he de agradecer a mi tío (ya me enteré de que el jodido Baltasar no movía ni un músculo por mí) por este regalo que me ha hecho ser como soy. Gracias.

Padres y madres del mundo (y futuribles) si no quereis tener un hijo esperpéntico como un servidor, no le regaleis la Gasolinera de Playmobil...

No sé supongo que todos vosotros tendreis un regalo que os ha marcado la vida. ¿CUAL?

Bueno Pestuz@s, a seguir jugando, que la vida no deja de ser un jodido juego, y puestos a jugar, mejor jugar como los niños, que lo disfrutan infinitamente más...

2 comentarios:

  1. Ay Mora! parece que te estoy viendo con la gasolinera!!! Pues yo he de decir que los magos de Oriente (como bien dices) pues en mi casa subían la cuesta y se iba a casa de la Avelina, por que no me hacían ni puto caso, NUNCA! De todas formas, he de agradecer a mi madrina-padrino (madre y padre de Cemento) por mi iniciación en la ciencia al regalarme primero el ceranova y al año siguiente un juego primo hermano, aunque yo realmente quería la PUTA GRANJA DE HORMIGAS!!! Aunque todo sea dicho, este año la Nerea me regaló una para mi cumple y no veas lo feliz (aunque aún no tengo las jodidas hormigas). Así que si alguien se ha quedado con algún regalo en el tintero de su niñez que no dude en hacérselo (aunque sea cada uno a uno mismo) que se sentirá lo realizado!!!

    ResponderEliminar
  2. ¡ARRIBA LAS HORMIGAS! CUANDO ACABE MI CAMPAÑA PRO-GORRIONES IGUAL ME PROPONGO A HACER UNA CAMPAÑA DE SENSIBILIZACIÓN PRO-HORMIGAS.
    YO SIEMPRE HE QUERIDO UN QUIMICEFA, PERO MIS PADR... LOS REYES MAJOS, NO SE FÍABAN Y NO ME LO REGALARON (QUE SABIOS ELLOS, QUE SABÍAN QUE SI ME PONÍA A MEZCLAR LÍQUIDOS, DESPUES ME LOS IBA A PIMPLAR)

    ResponderEliminar