viernes, 25 de marzo de 2011

Yo creo, tú creas, él/ella crea, ¿Creamos?

La literatura como todo en este globalizado mundo, también se mueve bajo los incesantes coletazos de las modas. Y aunque a un ritmo mucho menor que otros ámbitos de la vida, estos 2 últimos años hemos podido ver como las librerías rebosaban novelas vampíricas, carentes de novedad o imaginación, pero que se han vendido como churros simplemente por eso, porque estaban de moda. Ahora vendrá otra moda y así hasta el infinito...
Pero bueno, que la idea de esta entrada no va por ahí, lo que quería decir que también se han puesto de moda nuevas formas de creación literaria. Ahora, cualquier persona mínimamente interesada en la poética, sabe qué son Haikus (El haiku (俳句?, derivado del haikai, consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente), estructura literaria que  hace apenas unos años poca gente conocía. Por ni hablar de los microrrelatos, historias contadas con las mínimas palabras posibles, en la que las estructuras novedosas y la creatividad los hacen buenos o malos. Hace no mucho participé (sin éxito por supuesto) en un concurso de microrrelatos, en el que te daban el inicio de una historia y tenías que continuar la historia en menos de 100 carácteres (Título excluido). El inicio que daban era: No quedaban libros... y las historias que yo presenté son las siguientes:

No quedaban libros… Desaparecieron las páginas. Murieron los párrafos. Sucumbieron las palabras. Enmudecieron las letras. La "Nada" había ganado esta batalla. Turno del sonido...

No quedaban libros… No, no quedó ni uno...

No quedaban libros… que hablaran de amor. Acabé con todos ellos, sin piedad, uno a uno. Cuando descubrí que el amor es un invento, me desenamoré de él...

No quedaban libros… y ese fue el principio del fin. Nadie pudo escapar del asfixiante lazo de la televisión. Y la idiotez pudo campar a sus anchas por los cerebros de todo el mundo.

No quedaban libros… completos, solo hojas y más hojas en blanco encuadernadas. Las letras se dieron a la fuga cuando decidí que quería ser escritor. ¿Tan mal lo hago? Lástima....

No quedaban libros… por escribir. Las musas se habían declarado en huelga indefinida. Pero sus condiciones no podían cumplirse. Nadie encontraba solución posible a esta crisis...

No quedaban libros… Aquel monstruoso comandante los había quemado todos. Sonreía perversamente mientras observaba el humo que manaba de mi tienda. Aquel loco había quemado mi vida...

Esta dinámica creativa me encantó, por lo que es ahora cuando os pido ayuda, se me ha ocurrido que vosotros seáis quienes planteéis uno de esos principios y yo vaya creando pequeñas historias de éstas, que iré publicando en el blog. Incluso que los que os atreváis, escribáis vuestras propias historias y las publiquéis como comentarios o me las enviéis para que yo las publique en vuestro nombre o anonimamente. En fin, esto tiene como objetivo el desarrollo de la creatividad. Os animo a que participéis, os aseguro que una vez que empiezas, la cosa va enganchando. Y si no os queréis lanzar a la creación, por lo menos, proponedme inicios de historias para que yo vaya lanzándome a escribir.

Pues nada más, dicho y hecho, espero vuestra colaboración...

2 comentarios:

  1. Jodé tio, me parece una idea muy chula, me voy pensando un comienzo que tenga un poco de miga y así te pones manos (y mente) a la obra. Sigue así. Y besitos para el que lea esto. Que yo tambien quiero ser pestucista

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  2. yo te doy el primer principio para tu proximo microrelato:

    Qué fría es la nieve...

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